QUO VADIS, ECCLESIA?
¿Adónde vas, Iglesia, celebrando en falso los Sacramentos?
“No podemos seguir celebrando en falso los sacramentos” —advirtió el cardenal Fernando Sebastián en 2015 a los obispos españoles. Occidente ha llegado al final de ese proceso de alejamiento de la Iglesia que se inició a raíz de los escándalos del siglo XIV y que han acabado dejándola en el estado que pretende reflejar la portada de este libro: en un monumento del pasado, sin alma ni gente, con el cielo cubierto y de noche, ante el cual Cristo le preguntaría a Pedro: ¿Adónde vas, Iglesia, permitiendo que se celebren en falso los sacramentos?
Desde el Edicto de Tesalónica (a. 380), en que la Iglesia se convirtió en religión amparada —e invadida— por el Estado, se inicia un proceso de mundanización de la institución eclesial que tuvo como principal consecuencia aceptar a los sacramentos a paganos que no habían superado ningún catecumenado y la permisión de un cristianismo light que dio lugar a un proceso de progresivo alejamiento de la Iglesia, que ha acabado en la apostasía actual.
Desde Pablo VI la Iglesia habla de la urgencia de una Nueva Evangelización como el remedio ante la apostasía actual: una evangelización más evangélica en su ardor —pues sin santidad no se puede proponer la santidad—, en sus métodos —ahora el camino no es evangelizar desde el poder, sino desde el acompañamiento personal—, en sus expresiones —en estos momentos hay que evangelizar desde el ejemplo, la cercanía y el diálogo— y en sus proyecciones —es preciso responder a los retos que plantean tanto la nueva situación de pluralismo religioso, como los cambios sociales provocados por la revolución industrial y tecnológica.